La misa se celebró en la Capilla de San Antonio, donde los dolientes reflexionaron sobre el profundo amor del difunto papa por el deporte y sus valores. Francisco, quien falleció el lunes a los 88 años, hablaba a menudo del fútbol como un símbolo de unidad y trabajo en equipo en un mundo cada vez más individualista.
Criado en el barrio de Flores, el joven Jorge Mario Bergoglio pasaba horas jugando en las calles y se convirtió en un devoto seguidor de San Lorenzo, un club fundado por un sacerdote en 1908. El papa será enterrado en la Basílica de Santa María Mayor el sábado.