Aproximadamente una de cada tres personas en todo el mundo estuvo expuesta a la contaminación atmosférica doméstica en apenas un año, según nuevas estimaciones. La contaminación atmosférica doméstica contiene pequeñas partículas que pueden llegar al torrente sanguíneo a través de los pulmones.
Un nuevo estudio revela que la contaminación atmosférica doméstica sigue provocando la muerte de millones de personas cada año, a pesar de que los niveles de exposición disminuyen en todo el mundo. Según el análisis publicado en la revista médica 'The Lancet', en 2021 la contaminación atmosférica doméstica, que se produce cuando se cocinan alimentos con fuegos abiertos o cocinas alimentadas con queroseno, carbón, madera, residuos de cosechas o estiércol animal, contribuyó a 3,1 millones de muertes en todo el mundo, la mayoría de ellas en países de rentas bajas.
La contaminación atmosférica doméstica contiene pequeñas partículas que pueden llegar al torrente sanguíneo a través de los pulmones. Así, está relacionada con una serie de problemas de salud, como cáncer de pulmón, derrames cerebrales, cardiopatías, diabetes tipo 2, trastorno pulmonar obstructivo crónico (EPOC), infecciones respiratorias, cataratas y trastornos neonatales.
También puede tener consecuencias mortales para los niños, ya que tuvo relación con más de 500.000 muertes de menores de 5 años en 2021, según el estudio. Esto supone alrededor del 11% de toda la mortalidad de menores de 5 años. "El alto nivel de carga pediátrica estimado en este estudio es un importante motivo de preocupación", señalaron los autores del informe promovido por el Instituto de Métrica y Evaluación Sanitarias (IHME), con sede en Estados Unidos. Los investigadores añadieron que los efectos sobre la salud pueden ser "mortales y duraderos, y no han recibido la atención adecuada por parte de investigadores y responsables políticos".
Diferencias regionales respecto a la calidad del aire
Entre 1990 y 2021, el porcentaje de personas expuestas a la contaminación atmosférica doméstica procedente de combustibles sólidos para cocinar, en todo el mundo, se desplomó del 56,7% al 33,8%, según las estimaciones. Sin embargo, el número real de personas expuestas solamente se redujo en un 10% (unos 350 millones de personas), alcanzando los 2.670 millones de personas expuestas en 2021.
Esto se debe al crecimiento de la población en lugares como el África subsahariana, donde el 78,8% de las personas estaban expuestas a la contaminación atmosférica doméstica procedente de combustibles sólidos para cocinar, según los autores del estudio.
Entre 1990 y 2021, el número de muertes relacionadas con la contaminación aumentó de 685.000 a 741.000 en la región, según el IHME. Asia meridional registró la siguiente tasa más elevada, con un 53,2% de personas expuestas en 2021. Mientras tanto, en Europa central y oriental y en Asia central, esa tasa era del 7,5%. En los países de renta alta, solamente era del 0,4%.
Según los investigadores, los resultados subrayan la importancia de ayudar a las "comunidades con pocos recursos" en su transición hacia fuentes de energía más limpias. Esto podría incluir la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, la subvención de aparatos que utilicen energías limpias, la aplicación de restricciones a las emisiones de dióxido de carbono, el incentivo de la inversión del sector privado y las campañas de concienciación pública.
"Estas iniciativas son cruciales para mitigar los riesgos para la salud y promover el desarrollo sostenible, mejorando en última instancia la calidad de vida y la salud de millones de personas", afirman los autores del estudio publicado en la revista médica 'The Lancet', en 2021.