Kilómetros de playas blancas, dunas de arena, aguas azules. El Mar Caspio ofrece vistas realmente inesperadas. A cien kilómetros de la costa se extiende el valle de Torysh, un inmenso desierto lunar con piedras redondas de todos los tamaños.
PUBLICIDADKilómetros de playas blancas, dunas de arena, aguas azules. El Mar Caspio ofrece vistas realmente inesperadas.
A cien kilómetros de la orilla de este mar, que es en realidad el lago más grande de la tierra, puedes sentir que estás en un mundo completamente diferente.
Nos adentramos en todo terreno por Kazajistán, desde el mar Caspio hasta la Montaña negra, pasando por la Ruta de la Seda.
El Valle de Torysh es un desierto lunar, una inmensa extensión con piedras redondas de todos los tamaños cuya formación sigue siendo un misterio hasta la fecha. Pavel, que nos guio durante nuestro recorrido, nos explicó que hay distintas versiones de cómo se solidificaron estas piedras. Una de ellas es la carga eléctrica provocada por choque de las mesetas europea y asiática y por la que aparecieron pequeñas piedras que después se harían más grandes.
Según Pavel Khudyakov, guía turístico de la región de Mangystau, "la segunda versión es que fueron arrojadas desde el interior de un volcán durante su erupción”.