El analista Jean-Michel De Waele señala a 'Euronews' que los partidos de centro-izquierda están perdiendo conexión con los votantes de todo el continente en un período en el que las cuestiones sociales son acuciantes.
Los líderes europeos se han apresurado a felicitar al centrista Nicusor Dan por su espectacular victoria del domingo en las elecciones presidenciales de Rumanía frente a su rival de la extrema derecha, George Simion. Dan obtuvo el 53,6% de los votos, por delante de Simion, que durante la campaña presentó su movimiento como defensor de valores nacionalistas y políticas conservadoras similares a las del presidente estadounidense Donald Trump.
En cambio, Dan -el alcalde de Bucarest, partidario de la UE y la OTAN- había prometido mantener a la nación en línea con las corrientes europeístas y mantener el apoyo a la vecina Ucrania. Su victoria supone un gran alivio para la UE y Ucrania en un momento de retos cruciales para Europa.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ofreció su apoyo para construir "una Rumanía abierta y próspera en una Europa fuerte". El presidente del Consejo Europeo, António Costa, dijo que el resultado mostraba "una fuerte señal del apego de los rumanos al proyecto europeo".
Jean-Michel De Waele, politólogo de la Universidad ULB de Bruselas, declaró a 'Euronews' que solo el tiempo dirá si esto supone un revés para los nacionalistas europeos, pero subrayó que los líderes no pueden ignorar el enfado de una parte de los votantes. "Hay muchos problemas por resolver. Y a los ciudadanos de esta parte (de Europa) no les convence la UE", afirmó, advirtiendo que Bruselas no debe caer en la autocomplacencia. "Después de todo, el 46% de los ciudadanos rumanos votaron a Simion. Así que la UE puede alegrarse, pero no debe olvidarse ni debe decir: 'Hemos entendido el mensaje, cambiaremos la comunicación. Todo sigue igual'".
Pérdida de conexión con los votantes
En paralelo a Rumanía, Polonia y Portugal acudieron a las urnas en el que resultó ser un superdomingo electoral en Europa. En Polonia, el candidato proeuropeo Rafal Trzaskowski ganó la primera vuelta, por delante del conservador Karol Nawrocki. Ambos se enfrentarán en segunda vuelta el 1 de junio.
En Portugal, la coalición gobernante de centro-derecha Alianza Democrática (AD) ganó las elecciones parlamentarias anticipadas, pero no alcanzó la mayoría, mientras que la ultraderechista Chega logró un avance sin precedentes. Por su parte, el Partido Socialista (PS) perdió 20 escaños, lo que provocó la dimisión de su líder, Pedro Nuno Santo.
Los partidos tradicionales de izquierdas cayeron en picado en las tres elecciones. Según De Waele, en Rumanía sorprendió la falta de apoyo del centro-izquierda al candidato partidario de la UE. "Hay una crisis de identidad en Europa y los partidos de izquierda no tienen mucho que ofrecer y no se cuestionan mucho a sí mismos", explicó De Waele. "El PSD rumano es miembro del Partido Socialista Europeo, que apoya la democracia, pero eso es completamente insuficiente. Así que creo que demuestra una falta de dirección, una falta de liderazgo", añadió.
En la primera vuelta de las elecciones presidenciales polacas se enfrentaron dos candidatos de derechas, sin ningún aspirante de izquierdas. Según De Waele, las luchas de los partidos de centro-izquierda en Rumanía, Polonia y Portugal giran en torno a la pérdida de o con sus votantes tradicionales.
"Lo vemos claramente en Portugal. Las zonas donde el Partido Comunista Portugués o la izquierda eran fuertes están siendo devoradas por la extrema derecha", dijo De Waele. "Así que han perdido el o con el público, no tienen mucho que ofrecer en términos de discurso, como sueño, como proyecto social. Y tienen muchas, muchas dificultades".
Últimamente, los socialdemócratas alemanes y húngaros han tenido dificultades para ganarse a los votantes frente a sus rivales de derechas o centro-derecha. Esto se debe en parte a una cuestión de liderazgo, según De Waele. "Creo que necesitamos líderes fuertes que se atrevan a actuar. Hoy en día, ser de izquierdas es casi un poco algo que produce vergüenza. Es como si ya no hubiera orgullo, como si ya no hubiera proyecto, como si la socialdemocracia hubiera perdido su proyecto".
De Waele cree que la crisis de liderazgo es una de las causas del giro de muchos votantes hacia líderes orientados a la acción. "Creo que los ciudadanos exigen políticas concretas, y los gobiernos adoptan posiciones firmes. Por eso también (...) Trump tiene tanto éxito. Es este tipo de líder populista muy viril y muy fuerte". "Parte de su victoria viene del hecho de que dice voy a hacer algo por ti. Y creo que, por desgracia, la izquierda moderada o la derecha moderada están paralizadas y no tienen ninguna propuesta fuerte", concluyó De Waele.