Aunque el cultivo de cannabis sigue siendo ilegal, los establecimientos especializados en la venta de cannabis -conocidos como 'coffee shops'- de 10 municipios, podrán vender marihuana de 10 grandes productores autorizados.
Los Países Bajos han ampliado una iniciativa gubernamental que permite la venta legal de cannabis. Aunque el cultivo de cannabis sigue siendo ilegal, las tiendas de cannabis, conocidas como coffeeshops, de 10 municipios podrán vender marihuana de 10 productores autorizados.
"Aquí se vendió hierba legalmente durante 50 años, pero la producción nunca fue legal. Así que por fin ha llegado el momento de poner fin a esa loca e inexplicable situación y convertirla en un sector profesional legal", declaró Rick Bakker, director comercial de Hollandse Hoogtes, uno de los productores regulados.
Alrededor de 80 establecimientos participan en el experimento, cuyos defensores esperan que acabe con una anomalía legal de larga data: en Países Bajos se puede comprar y vender pequeñas cantidades de hierba de forma legal, pero cultivarla con fines comerciales sigue siendo ilegal. La empresa de Bakker en Bemmel, cerca de la frontera alemana, es indistinguible de los invernaderos circundantes que producen tomates y pimientos.
Un plan experimental dentro de una tendencia más conservadora
Esta compañía fabrica 200 kilos de hierba a la semana y es uno de los mayores productores de este plan experimental. Los Países Bajos, pioneros en la despenalización de la marihuana desde los años 70, se han vuelto más conservadores.
Ámsterdam, durante mucho tiempo un imán para los fumadores de marihuana, ha ido cerrando establecimientos de tipo 'coffee shop' en los últimos años y ha prohibido fumar hierba en algunas de las calles adoquinadas que conforman su centro histórico.
Sus defensores llevan años presionando para que se legalice el cultivo, alegando la seguridad del producto y la preocupación por la delincuencia. Benjamin Selma, jefe de cultivo de Hollandse Hoogtes y que trabajó en la producción de cannabis en California durante más de una década, afirma que el control de calidad del cannabis es extremadamente alto.
Un compromiso político sin pesticidas y con es solares
"Hacemos análisis completos de microbios, cannabinoides, terpenos, levaduras, bacterias anaerobias y metales pesados. Así que está muy, muy controlado", afirma. La empresa, que no utiliza pesticidas y regula estrictamente las condiciones de cultivo, también tiene en cuenta el medio ambiente.
La planta de producción obtiene su energía de es solares y utiliza envases biodegradables. "También es una gran oportunidad para ver cómo funciona la cooperación dentro de la cadena cerrada entre cultivadores legales, propietarios de establecimientos de tipo 'coffe shop' y todas las demás autoridades implicadas", dijo el alcalde de Breda, Paul Depla, cuando se puso en marcha la primera fase en 2023.
El experimento "es realmente un compromiso político", según Derrick Bergman, presidente de la Unión para la Abolición de la Prohibición del Cannabis. El plan se remonta a 2017, cuando los partidos políticos cristianos y los partidos a favor de la legalización acordaron una prueba después de que fracasara un proyecto de ley para despenalizar la producción. El Gobierno evaluará el experimento al cabo de cuatro años.
"Un equipo de investigación, asesorado por un comité independiente de orientación y evaluación, está examinando los efectos de una cadena de suministro de cannabis controlada sobre la delincuencia, la seguridad y la salud pública", dijo el gobierno en un comunicado.
Selma dijo que está contento de trabajar sin preocuparse por la persecución. "He visto algunos malos momentos", dijo, "y no sé si alguna vez creí que sería tan libre". Los establecimientos de tipo 'coffee shop' que participan en la iniciativa se encuentran en Almere, Arnhem, Breda, Groningen, Heerlen, Hellevoetsluis, Maastricht, Nimega, Tilburgo y Zaanstad.