Mark Carney prevé reunirse en Reino Unido con su homólogo, Keir Starmer, y con el Rey Carlos III, el jefe de Estado de Canadá. Quiere reforzar sus alianzas transatlánticas ante la relación tensionada con los Estados Unidos de Trump.
El nuevo primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha optado por viajar a París en su primera visita oficial para tratar de obtener el apoyo de uno de los aliados más antiguos de Canadá. El movimiento diplomático se produce mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, continúa amenazando a la economía canadiense.
Tras su reunión con el presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro cruzará el canal de la Mancha y aterrizará en Londres, donde se reunirá con el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, y con el rey Carlos III, quien también es jefe de Estado de Canadá.
La nación norteamericana es el segundo mayor contribuyente a la Commonwealth, la agrupación de países que formaron parte del antiguo Imperio Británico. Carney ha elegido deliberadamente visitar las dos naciones europeas que conformaron los cimientos del Estado canadiense, enviando una señal diplomática al esquivar, por el momento, la inevitable visita a Trump.
Durante su toma de posesión, el primer ministro también tuvo una deferencia con los pueblos originarios norteamericanos al señalar que su país se construyó sobre los cimientos de Francia, Inglaterra y las comunidades indígenas. Carney añadió que Canadá es radicalmente diferente de Estados Unidos y que jamás formará parte de esta nación, en alusiones a los discursos trumpistas que amenazan con anexionarse este país.
Desde que Trump llegó al poder, ha impuesto aranceles al acero y el aluminio canadienses -por ahora pausados- y ha dicho en repetidas ocasiones que convertiría a Canadá en el "Estado número 51". Estas medidas han enfurecido a los canadienses y han provocado un llamamiento a boicotear los productos estadounidenses en todo el país.
Trump también ha amenazado con imponer aranceles generalizados a todos los productos canadienses a partir del 2 de abril. Un alto funcionario del Gobierno de Ottawa ha dicho a los periodistas este lunes que el propósito del viaje es reforzar las alianzas con Londres y París.
Carney visitará la catedral de Notre Dame antes de reunirse con Macron en el Palacio del Elíseo. Sin embargo, no se espera que Macron ofrezca una rueda de prensa conjunta con su homólogo, una señal de que el presidente francés podría no querer molestar a Trump poniéndose del lado de Canadá. Antes de regresar a Ottawa mañana, martes 18, Carney viajará a la región del Ártico canadiense, en un claro gesto para reivindicar la soberanía de Canadá sobre este territorio inuit.
"La elección de este itinerario para el primer viaje oficial del primer ministro Carney subraya la fuerte conexión de Canadá con el Ártico, así como con las dos antiguas potencias coloniales a las que Canadá sigue vinculada a través de la Commonwealth", ha dicho Daniel Béland, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad McGill de Montreal. "El hecho de que Canadá nunca se separase de Reino Unido de forma radical es una diferencia histórica e institucional clave entre Estados Unidos y Canadá, una monarquía constitucional que ha adoptado y conservado un sistema parlamentario al estilo de Reino Unido".
Carney no tiene previsto viajar a Washington por el momento
Exbanquero central del Banco de Inglaterra y del de Canadá, Carney ha dicho que está dispuesto a reunirse con Trump si muestra respeto por la soberanía canadiense. Sin embargo, ha afirmado que no tiene previsto visitar Washington por el momento, aunque espera mantener pronto una llamada telefónica con el presidente. Su Gobierno también está revisando la compra de aviones de combate F-35, de fabricación estadounidense, a la luz de la guerra comercial que se avecina.
Mientras tanto, Macron ha intensificado sus esfuerzos para persuadir a otros aliados occidentales para que cesen las compras de material militar estadounidense, lo que coincide con la posición canadiense sobre los F-35. Europa comienza a realizar movimientos bélicos y de inversión en Defensa y Seguridad ante las dudas sobre su dependencia excesiva del armamento, el apoyo técnico y la buena voluntad de Estados Unidos.
Carney habló el domingo con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, invitándole a la cumbre del G7 de este verano, de la que Canadá será anfitriona. Se espera que el primer ministro, cuyo partido no lidera las encuesta, pero ha subido varios puntos de intención de voto tras las amenazas estadounidenses, convoque elecciones esta semana, que tendrán lugar a finales de abril o principios de mayo.