Portugal ocupa el puesto 15 en el Índice de Transición Verde y ha subido tres puestos con respecto a 2022. En 2024, la producción renovable representó el 71% del consumo de electricidad y el país registró sus emisiones de carbono más bajas desde 1990.
En la casa de la familia Azevedo, en Sintra, todo funciona con energía solar. Desde la iluminación hasta el calentamiento del agua, pasando por la carga de vehículos eléctricos. En 2015, Telmo Azevedo instaló dos es fotovoltaicos para producir electricidad y un sistema solar térmico para calentar el agua. Ahora tiene 22 es solares en el tejado de su casa.
"Empezamos con solo dos es de 500 vatios, que a lo largo de cuatro años nos ahorraron unos 100 euros al año. Así que ahorramos unos 10 u 11 euros al mes, dependiendo de la producción. Esto nos permitió rentabilizar esa inversión y luego empezamos a evolucionar para tener más producción, de forma que pudiéramos tener toda la casa alimentada por el sol", explica a 'Euronews' este ingeniero informático.
A pesar de la inversión inicial, Telmo pudo rentabilizarla a corto plazo, con un ahorro considerable en su factura de la luz. "Con mi sistema inicial de 12 es, recuperaba unos 1.000 euros al año. Con este nuevo sistema, recupero unos 1.200 euros al año. Así que mi retorno de la inversión en todo este equipo es de unos cinco años", afirma.
Precisamente por el uso predominante de energías renovables para el consumo doméstico, Portugal ha avanzado mucho en el Índice de Transición Verde, ocupando la 15ª posición, lo que supone un aumento de tres puestos respecto a 2022.
Según REN, la empresa responsable de garantizar el suministro de electricidad y gas en Portugal continental, en 2024 la producción renovable alcanzó un máximo histórico, abasteciendo el 71% del consumo de electricidad, siendo las centrales hidroeléctricas y eólicas las que representaron la mayor parte del suministro nacional.
También según la asociación ecologista Zero, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) cayeron de 3,7 a 1,9 millones de toneladas, la cifra más baja desde 1990. Pero hay sectores especialmente difíciles de descarbonizar. El transporte, la agricultura y los residuos están aún lejos de alcanzar los objetivos fijados para 2030.
A escala europea, Escandinavia registra los mejores resultados, con Dinamarca a la cabeza de la clasificación, gracias a los proyectos de hidrógeno verde y a la postura proactiva del Gobierno en apoyo de la producción de energía limpia. Entre los países del sur de Europa, Italia tiene los mejores resultados, pero sólo Portugal ha mejorado su puntuación y su posición en la clasificación. Grecia, Bulgaria y Chipre ocupan los últimos puestos de la tabla, mientras España se encuentra en el puesto 19.
A pesar de estar en el buen camino hacia la sostenibilidad, la desinversión pública en investigación y desarrollo medioambiental ha puesto un freno a la transición en Portugal, según el Índice de Transición Verde. 'Euronews' preguntó al Ministerio de Medio Ambiente y Energía sobre la adopción de políticas más sólidas, pero no recibió respuesta tras varios intentos.