Dinamarca, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania y Suecia han exigido una revisióna la baja del límite de precios del petróleo ruso transportado por vía marítima. El límite se fijó a finales de 2022 en 60 dólares por barril (59 euros) y no se ha modificado. Reduciría los ingresos rusos.
Los países nórdicos y bálticos han pedido a la Comisión Europea que ajuste con máxima prioridad el límite de precios del petróleo ruso, argumentando que "las sanciones deben reforzarse continuamente" para frenar la guerra del Kremlin contra Ucrania.
"Las medidas que apuntan a los ingresos provenientes de la exportación de petróleo son cruciales porque reducen la fuente de ingresos más importante de Rusia", escribieron los ministros de Asuntos Exteriores de Dinamarca, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania y Suecia en una carta conjunta vista por 'Euronews'.
El documento, firmado el 11 de enero, está dirigido a la alta representante del bloque, Kaja Kallas, y a la comisaria europea de Servicios Financieros, Maria Luís Albuquerque. "Creemos que ahora es el momento de aumentar aún más el impacto de nuestras sanciones reduciendo el límite del precio del petróleo del G7", escriben los seis países.
El tope es una iniciativa pionera introducida por los aliados del G7 a finales de 2022 para limitar el comercio marítimo de crudo ruso a 60 dólares por barril (59 euros). El mecanismo prohíbe a las empresas occidentales prestar servicios a los petroleros rusos, como seguros, financiación y abanderamiento, que vendan crudo por encima del precio acordado.
El G7 también estableció dos topes adicionales para los productos con prima sobre el crudo, con 100 dólares por barril (98 euros) y los productos con descuento sobre el crudo, con 45 dólares por barril (44 euros). Los límites se han mantenido intactos desde su aprobación, a pesar de las fuertes fluctuaciones en el comercio ruso y la amplia evidencia de elusión de sanciones.
Moscú desplega su "flota fantasma"
Para evitar el impacto de las restricciones, Moscú ha desplegado una "flota fantasma" de petroleros viejos y mal mantenidos que utilizan estructuras de propiedad y seguros poco conocidas. Se ha acusado a la "flota fantasma" de prácticas engañosas, como la transmisión de datos falsificados, la desactivación de sus transpondedores para volverse invisibles a los sistemas satelitales y la realización de múltiples transferencias de barco a barco para ocultar el origen de sus barriles de petróleo. También ha suscitado temores por su potencial para causar un desastre ambiental en el mar.
Según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), sólo el 36% del crudo transportado por vía marítima que Rusia vendió en diciembre fue transportado por petroleros sujetos al límite del G7. El resto fue transportado por la "flota fantasma". El precio del petróleo de los Urales sigue superando las limitaciones impuestas por Occidente: desde hace un año oscila entre 64 y 84 dólares por barril (entre 63 y 82 euros). China y la India son los principales compradores.
La situación del mercado ha alimentado los llamamientos a medidas más contundentes. En su carta conjunta, los seis países argumentan que el mercado petrolero internacional está "mejor abastecido hoy que en 2022" y que el riesgo de un "shock de oferta", que influyó en las negociaciones originales sobre el límite, ha disminuido considerablemente.
Además, dicen los países, la "enorme dependencia de Rusia de las exportaciones de energía" para sostener su economía de guerra de alta intensidad no le deja "ninguna alternativa a la continua exportación de petróleo, incluso a un precio sustancialmente más bajo".
La carta no especifica el nuevo precio en el que se fijará el límite
CREA estima que establecer un límite de 30 dólares por barril (29 euros) desde el principio habría reducido los ingresos de exportación de petróleo de Rusia en un 25%, lo que habría provocado pérdidas de 76.000 millones de euros.
"Reducir el límite de precios sería deflacionario, reduciría los precios de exportación de petróleo de Rusia e induciría una mayor producción de Rusia para compensar la caída de los ingresos", dijo CREA en un análisis reciente, que sitúa los costos de producción de Rusia en 15 dólares por barril (14 euros).
Los países nórdicos y bálticos también piden a la Comisión Europea que amplíe las sanciones a la "flota fantasma" de Rusia y a quienes facilitan la elusión del límite. Hasta ahora, el bloque ha sancionado a 79 buques pertenecientes a la "flota fantasma".
En respuesta a la carta, un portavoz de la Comisión dijo que el documento se incluiría en los debates en curso, pero advirtió que cualquier revisión era "en última instancia" una decisión que debía adoptar el G7. No obstante, si en algún momento se propusiera una revisión, los 27 Estados tendrían que llegar a un acuerdo unánime antes de que el G7 pudiera actuar.