De la megainvestigación coordinada por la Fiscalía Antimafia de Milán se desprende el estado de "sumisión" de los clubes de fútbol a los dirigentes de la afición organizada, que actuaban imperturbablemente controlando todos los negocios que orbitaban en torno al estadio de San Siro
PUBLICIDADCarterismo, gestión abusiva de los aparcamientos del estadio Meazza, control de la venta de bebidas, comida y artilugios entre las gradas y fuera del estadio; extorsión, intimidación y violencia para mantener el dominio de un negocio multimillonario repartido a partes iguales entre los líderes ultras de las 'dos curvas' de aficionados milanistas, Inter y Milan, enemigos en el terreno de juego pero más unidos que nunca en los beneficios gracias a un "pacto de no beligerancia".
Esto y mucho más se desprende de la investigación 'Doble Curva' de la Policía del Estado y la Guardia di Finanza coordinada por la Fiscalía Antimafia de Milán, que el lunes se saldó con 16 personas encarceladas y tres en arresto domiciliario. Las principales figuras de la afición milanesa organizada están acusadas principalmente de asociación criminal, en el caso de la 'Curva Nord', agravada por el método mafioso, y la infiltración de la 'Ndrangheta, extorsión y palizas.
Pero de las 530 páginas del auto también se desprenden detalles resbaladizos para los propios clubes de fútbol, "sujetos perjudicados" que, según la Fiscalía Antimafia de Milán, se encontraban en un evidente estado de "sumisión" a la hinchada organizada milanesa, especialmente a la del Inter.
Los dos clubes habrían sido objeto de injerencias e incluso intimidaciones, no sólo en lo que respecta a las actividades remunerativas en interés de los dirigentes ultras, sino también en la misma gestión deportiva del equipo. Contra ellos, los 'pmeghini' milaneses han iniciado un"procedimiento de prevención" que, de no respetarse, podría desembocar en la istración judicial.
La presión de la Curva del Inter sobre el entrenador Inzaghi
Los papeles revelan, sobre todo, la presión ejercida por los dirigentes ultras del Inter sobre el entrenador negriazul Simone Inzaghi, al que se dirigieron tanto para quejarse del rendimiento de los jugadores en el campo como para interceder ante la cúpula del club.
En una de las interceptaciones, se pidió al entrenador que intercediera ante el presidente Marotta para obtener 1.500 entradas para la final de la Liga de Campeones contra el Manchester City en Estambul, y venderlas después a un precio diez veces superior al de mercado. En esa ocasión, los seguidores 'neroazzurros' también se pondrían en o con los ex futbolistas Marco Materazzi y Javier Zanetti, actual vicepresidente del club, y conseguirían su objetivo.
A principios de 2023, con el Inter luchando en la liga, los representantes de la 'Curva Nord' Marco Ferdico y Mauro Nepi querían reunirse con Inzaghi para hablar de las dificultades del equipo y con el futbolista Milan Skriniar, a un paso de abandonar el club, para intentar convencerle de que se quedara. Ya desde las interceptaciones telefónicas queda clara la intención casi intimidatoria.
Los documentos también hablan de una reunión de Luca Lucci, el jefe de la 'Curva rossonera' detenido el lunes,"con el capitán del Milan, el futbolista Davide Calabria", en un bar de Cologno Monzese el 8 de febrero de 2023, pero no se conocen detalles.
A qué se arriesgan los clubes de fútbol Inter y Milán
El trato con los aficionados no es un delito y ningún directivo de los clubes figura en el registro de sospechosos. Sin embargo, la Fiscalía de Milán ha iniciado un "procedimiento de prevención" contra el Inter y el Milan, que sirve para acusar a una empresa de facilitar las actividades de sospechosos, aunque sólo sea de forma culpable por inercia, desorganización o cediendo a la intimidación.
Las empresas tendrán que demostrar que han cortado lazos con los ultras y cerrado brechas organizativas para evitar infiltraciones en los negocios relacionados con el fútbol que están en el centro de la megainvestigación. De no ser así, los fiscales podrían pedir al Tribunal de Milán que ordene la istración judicial contra los clubes con el fin de encomendarlos a un comisario que "recupere" la situación.
La FIGC, la Federación Italiana de Fútbol, también ha pedido a los fiscales milaneses que investiguen el tenor de las relaciones entre la directiva y los líderes ultras y que comprueben el cumplimiento del Código de Justicia Deportiva, que en su artículo 25,** "Prevención de actos violentos", regula las relaciones entre clubes y aficionados.
Además de prohibir a los clubes la financiación de grupos organizados de hinchas, especifica: "Durante los partidos o en situaciones relacionadas con el desarrollo de sus actividades, se prohíbe a los socios dialogar con los hinchas o someterse a manifestaciones y conductas de los mismos que constituyan formas de intimidación, causen ofensa, denigración, insulto a la persona o atenten de cualquier otra forma contra la dignidad humana". Las sanciones previstas para este tipo de infracciones son multas, inhabilitaciones de unos días para los jugadores y suspensiones para los directivos.
Investigados también políticos y empresarios
La investigación afirma que en la gestión de los aparcamientos de los estadios, no sólo en los partidos de fútbol, sino también en eventos y conciertos, se había creado un "vínculo de beneficio mutuo entre empresarios y sujetos contiguos", tanto a las Curvas como a la 'Ndrangheta.**
Es el caso de Gherardo Zaccagni, propietario de Kiss and Fly, la empresa que gestiona las plazas de aparcamiento por cuenta de M.I. Stadio srl (filial del Inter y del Milan a la que el Ayuntamiento de Milán ha confiado la gestión de los aparcamientos de San Siro), ahora en arresto domiciliario, que pagaba cuatro mil euros mensuales a los líderes ultras.
También está siendo investigado por corrupción el consejero regional de Lombardía Manfredi Palmeri. El político, elegido para el Pirellone con la lista de Letizia Moratti en 2023 tras veinte años como concejal en Milán y gerente del M.I. Stadio, es considerado el 'referente' para la adjudicación del contrato de los aparcamientos.
Palmeri, sacado a colación por el propio Zaccagni en unas llamadas telefónicas con ultras en las que se discutía la gestión de los aparcamientos del estadio durante la temporada de conciertos de 2024, habría recibido del empresario veinte mil euros y un cuadro valorado en diez mil euros.