La última vez que un ciclón azotó tan al sur la costa oriental de Australia fue en 1974.
Por primera vez en más de cinco décadas, un ciclón tropical va camino de azotar la relativamente templada costa este de Australia. El ciclón Alfred, que avanza lentamente, se dirige hacia Brisbane (la tercera ciudad más grande de Australia) y la cercana ciudad turística de Gold Coast. Con él llega la amenaza de lluvias torrenciales, fuertes vientos e inundaciones a la zona fronteriza entre Queensland y Nueva Gales del Sur.
Según las previsiones de la Oficina de Meteorología de Queensland, Alfred tocará tierra entre finales del jueves y principios del viernes. Mientras que los ciclones son habituales en el norte tropical de Queensland, son raros en su frontera templada con Nueva Gales del Sur. La última vez que un ciclón azotó la región de la Gold Coast fue en 1974, cuando el ciclón Zoe provocó graves inundaciones en la región. ¿Qué hay detrás de esta inusual tormenta?
¿Cuál podría ser la gravedad del ciclón Alfred?
El Ministerio de Medio Ambiente ha advertido de que Alfred podría dejar caer más de 800 milímetros de lluvia en algunas regiones (más que la media anual total de marzo), lo que hace temer inundaciones repentinas y desbordamientos de ríos. Los fuertes vientos y las mareas altas también podrían agravar la erosión costera.
Las autoridades han emitido varias advertencias a medida que la tormenta se intensifica mar adentro, instando a los residentes en zonas vulnerables a prepararse para condiciones meteorológicas severas. En un discurso público el miércoles, el primer ministro de Queensland, David Crisafulli, animó a los residentes a "absorber las advertencias de todo tipo de fuentes". "Existe la posibilidad de que este ciclón atraviese la costa en plena noche con marea alta. No es el momento de elaborar un plan de evacuación", indicó.
¿Qué hace falta para que se forme un ciclón?
Los ciclones requieren unas condiciones únicas para formarse y fortalecerse. Necesitan temperaturas marinas elevadas, de al menos 27°C, vientos convergentes cerca de la superficie del mar, una cizalladura del viento baja (en la que la velocidad del viento no varía mucho a diferentes altitudes) que les permita elevarse verticalmente y estar lo suficientemente al sur del ecuador para girar.
Alfred es único porque Queensland no suele reunir esas condiciones a la perfección. Pero los investigadores han advertido de que el cambio climático está ampliando el cinturón de lluvias tropicales.
Un estudio de 2021 publicado en 'Nature Climate Change' descubrió que el calentamiento del planeta está provocando que esa región tropical se desplace y que los mares se calienten más al sur, lo que podría potenciar tormentas como Alfred y afectar al lugar donde aparecen en primer lugar.
¿Está el cambio climático provocando ciclones más fuertes?
A los meteorólogos y científicos del clima les preocupa cada vez más que el cambio climático esté intensificando fenómenos meteorológicos extremos como Alfred. Aunque los ciclones han sido durante mucho tiempo una característica de las zonas tropicales, el calentamiento de los mares y los cambios en los patrones atmosféricos pueden estar haciéndolos más frecuentes y graves. Por no hablar de que los ciclones no suelen azotar tan al sur.
"Se trata de un acontecimiento poco frecuente, que se produzca un ciclón tropical en una zona que no está clasificada como parte de los trópicos, aquí en el sureste de Queensland y el norte de Nueva Gales del Sur", declaró a la prensa en Brisbane el primer ministro australiano, Anthony Albanese.
Los científicos han podido establecer vínculos claros entre el cambio climático y la frecuencia de fenómenos meteorológicos graves, como sequías e incendios forestales. Sin embargo, les ha resultado más difícil relacionarlos con los ciclones. Pero la mayoría coincide en que estas tormentas son cada vez más fuertes y severas. Un informe para 2023 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indicaba que, aunque el número total de ciclones en el mundo no esté aumentando, sí lo hace su intensidad.
Cada vez más tormentas alcanzan categorías superiores, provocando vientos destructivos y lluvias más intensas, que pueden dar lugar a inundaciones devastadoras.** El informe también señalaba que la influencia humana era muy probablemente el principal motor de estos aumentos.