Políticos, expertos en energía y activistas comparten su análisis sobre el mayor emisor de Europa.
Los resultados de las recientes elecciones federales alemanas, con una posible nueva 'Gran coalición' o 'GroKo' entre democristianos y socialdemócratas, han dejado a los expertos con dudas sobre las medidas climáticas que afrontará la primera potencia europea durante la próxima legislatura.
El partido conservador de Friedrich Merz, de la CDU, obtuvo el 28,6% de los votos este domingo y se unirá previsiblemente a los socialdemócratas del SPD. Los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD) obtuvieron el segundo mayor porcentaje de votos: un resultado insuficiente para formar una alternativa de Gobierno, dado que los partidos tradicionales suman mayoría absoluta.
El apoyo a los Verdes, los centristas ecologistas que formaban parte de la antigua coalición semáforo, vieron cómo su porcentaje de apoyos se hundía hasta el 11,6%, quedado como tercera fuerza del Parlamento. Los liberales del LDP han sufrido la mayor derrota del antiguo Ejecutivo, ya que ni siquiera alcanzaron el umbral suficiente de votos para entrar en el Bundestag.
La situación de las formaciones verdes en Europa, que alcanzaron su punto álgido en las anteriores elecciones de 2021, es la de un retroceso electoral generalizado. Este tipo de formaciones han sido expulsados de sus gobiernos en Austria, Bélgica e Irlanda, y perdieron posiciones en las elecciones al Parlamento Europeo del verano pasado.
¿Qué dicen las elecciones sobre las prioridades climáticas de Alemania?
Al ser la mayor economía de Europa -además del mayor emisor de gases de efecto invernadero aunque, a su vez, primera potencia renovable-, Alemania tiene una influencia fundamental en la gestión de la emergencia climática en Europa. A diferencia de 2021, cuando todos los partidos excepto AfD se comprometieron a alcanzar emisiones neutras a mediados de este siglo, las promesas climáticas han brillado por su ausencia en esta campaña electoral.
En las pocas ocasiones en las que los candidatos han mencionado el clima, lo han hecho en general de forma negativa o tibia. Los democristianos han insistido en numerosas ocasiones que "la protección del clima necesita una economía fuerte". El canciller electo, Merz, ha dejado claro durante su campaña que la economía es su prioridad.
El manifiesto del bloque conservador ha prometido dar marcha atrás en una serie de políticas ecológicas que habían resultado divisivas para el anterior Gobierno, como el aumento de la venta de vehículos eléctricos. "La campaña electoral de la CDU no solo fue ignorante sino que, en lugar de presentar soluciones al verdadero reto de la crisis climática, actuó en contra de los principales logros de la política climática de los últimos años", afirma Carla Reemtsma, portavoz del grupo juvenil de lucha contra el cambio climático Fridays for Future. "La crisis climática es y sigue siendo la crisis más urgente de nuestro tiempo. Su destitución y menosprecio en esta campaña electoral por razones tácticas ha sido un error y una irresponsabilidad", añade Pauline Brünger, compañera de campaña de FFF Alemania.
La seguridad y la economía encabezan la lista de preocupaciones de los ciudadanos, seguidas de la justicia social y las cuestiones migratorias, según los sondeos de los analistas electorales Forschungsgruppe Wahlen. Pero sería un error concluir que los alemanes han dejado de preocuparse por la crisis climática.
Ciarán Cuffe, copresidente del Partido Verde Europeo, señala que la investigación realizada el día de las elecciones ha demostrado que el clima, el medio ambiente y la energía siguen estando entre las tres principales preocupaciones de los votantes alemanes. En 2023, la encuesta del Eurobarómetro mostró que el 77% de los alemanes considera el cambio climático un "problema muy grave".
Por qué la acción climática sigue interesando a la economía germana
Alemania pretende reducir sus emisiones procedentes de la combustión de carbón, petróleo y gas en un 65% para 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2045, un objetivo relativamente ambicioso consagrado en su Ley de Protección del Clima. "Esperamos que Alemania mantenga el rumbo", afirma a AP Linda Kalcher, del 'think tank' berlinés Strategic Perspectives. "Aunque muchas de las políticas que proponga el nuevo Gobierno no se hagan en nombre del clima, sino de la prosperidad, la innovación y la competitividad, el objetivo final es el mismo", afirma.
La postura de los conservadores sobre el clima parece ambivalente. A pesar de "respaldar firmemente" el objetivo de cero emisiones netas para 2045, la CDU está dando marcha atrás en las políticas para conseguirlo. Pero, afortunadamente, el progreso de Alemania en energías limpias tiene sentido desde el punto de vista económico y de seguridad, por lo que es probable que continúe a buen ritmo.
"Ahora que Trump está desmantelando la acción climática en Estados Unidos, hay una necesidad y una oportunidad para que Alemania continúe su papel de líder climático", afirma Marc Weissgerber, del 'lobby' sobre el clima E3G. "Es crucial mantener el ritmo, no sólo por la reducción de emisiones, sino también porque esto acabaría provocando una bajada de los precios de la electricidad a medio plazo, y también para reducir la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles", explica a AP Julia Metz, experta alemana en política climática y directora del 'think tank' Agora Industry.
"La UE necesita que Alemania resurja como motor de una Europa audaz y asertiva", añade Manon Dufour, directora ejecutiva de E3G Bruselas. "La acción climática será un pilar básico de cualquier estrategia creíble de seguridad y resiliencia tanto para Alemania como para Europa".
¿Qué políticas climáticas introducirá el nuevo Gobierno alemán?
La política industrial verde se ha convertido en la forma clave de debatir el cambio climático en la UE. E3G, por ejemplo, insta al Gobierno alemán a apoyar activamente el nuevo acuerdo industrial limpio del bloque. Pero la acción climática adopta muchas otras formas. "Los conceptos de protección social del clima existen desde hace mucho tiempo", afirma Reemtsma.
La experta enumera la expansión del transporte público, las subvenciones a las bombas de calor (es el mismo concepto que un frigorífico, pero en este caso para almacenar calor en un edificio de forma eficiente), la expansión de las energías renovables, los programas de formación en industrias del futuro, las ayudas directas en caso de catástrofe... todo ello financiado con impuestos a los superricos e inversiones.
El manifiesto de la CDU es mixto en estas cuestiones. El partido se ha comprometido a abolir la ley de calefacción doméstica, que estipula que todos los sistemas de calefacción de nueva instalación deben funcionar al menos con un 65% de energías renovables. También anulará la prohibición de vender coches nuevos de gasolina y diésel en toda la UE, que entrará en vigor en 2035. El SDP, que declaró que el futuro del automóvil pasa por la movilidad eléctrica, podría suavizar esta postura al tener que convivir con su nuevo socio mayoritario de coalición.
Queda por ver cómo esta probable nueva coalición trazará una ruta hacia la neutralidad climática. Mientras que el SDP está a favor de políticas más duras para descarbonizar la calefacción y el transporte, la CDU da prioridad a los impuestosal carbono.
La CDU también se ha comprometido a crear el marco necesario para la captura y almacenamiento de carbono (CAC), una tecnología controvertida que los activistas vigilarán de cerca. "Friedrich Merz tiene que decidir", añade Reemtsma, de Fridays for Future. "¿Seguirá siendo uno de los hombres que asfixie al mundo, o reconocerá por fin lo que la realidad ecológica y la mayoría de la gente exigen desde hace tiempo?".