La inflación de la eurozona alcanzó en marzo su nivel más bajo en cuatro meses (el 2,2%), pero el aumento de los precios mensuales y la persistente inflación de los servicios dejan al BCE dividido ante su reunión del 17 de abril.
La inflación de la eurozona se enfrió más de lo esperado en marzo, lo que mantiene las especulaciones del mercado de que el Banco Central Europeo (BCE) podría seguir recortando los tipos de interés este mes. Sin embargo, a pesar de que la cifra global se redujo a un mínimo de cuatro meses, varias dinámicas subyacentes y externas pueden complicar la decisión del BCE en su reunión del 17 de abril.
Según la estimación preliminar de Eurostat publicada el martes, los precios al consumo de la zona euro subieron un 2,2% interanual en marzo, el nivel más bajo desde noviembre de 2024 y justo por debajo de la previsión de consenso del 2,3%. La inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de la energía y los alimentos, cayó al 2,4% desde el 2,6% de febrero, ligeramente por debajo del 2,5% previsto.
La inflación subyacente y el repunte mensual
No todos los indicios apuntan a una luz verde para la relajación monetaria. Mientras que el ritmo anual de la inflación se desaceleró, las cifras mensuales revelaron una historia diferente. La inflación general se aceleró un 0,6% desde febrero, lo que supone la mayor subida intermensual en casi un año.
La inflación subyacente también se disparó un 0,8% respecto al mes anterior, el nivel más alto desde marzo de 2024. Las presiones sobre los precios siguen siendo elevadas en sectores específicos. El coste de los alimentos, el alcohol y el tabaco aumentó un 2,9% anual, frente al 2,7% de febrero.
La inflación de los servicios, un indicador clave que el BCE sigue de cerca por su correlación con el crecimiento de los salarios y la demanda interna, se ralentizó hasta el 3,4% anual, frente al 3,7% de febrero. Aunque se trata de la cifra más baja desde junio de 2022, el aumento mensual del 0,4% muestra que las presiones subyacentes siguen siendo moderadas.
Geográficamente, la inflación siguió siendo desigual en el bloque monetario. Francia registró la inflación anual armonizada más baja, del 0,9%, mientras que Estonia, Croacia y Eslovaquia se situaron en el 4,3%. En términos mensuales, los precios al consumo aumentaron un 1,8% en Grecia, un 1,7% en Portugal y un 1,6% en Italia. Por el contrario, Bélgica, Estonia y Luxemburgo registraron descensos mensuales.
Los mercados se inclinan por un recorte, pero, ¿están preparados los políticos?
Hasta el martes, los mercados monetarios preveían una probabilidad del 65% de un recorte de 25 puntos básicos en la reunión del 17 de abril. Pero cada vez hay más señales de división en el seno del Consejo de Gobierno del BCE.
Al parecer, varios funcionarios están sopesando la posibilidad de hacer una pausa en abril y esperar a que se aclare la situación, sobre todo en lo que respecta a las repercusiones económicas de la política comercial estadounidense y el aumento del gasto militar europeo.
Aunque la reducción de tipos sigue estando sobre la mesa, algunos del Consejo de Gobierno, compuesto por 26 , se inclinan por una pausa en abril debido a la elevada incertidumbre que rodea a la política comercial de EE.UU. y al aumento del gasto europeo en Defensa. El tipo de depósito del BCE se sitúa actualmente en el 2,5%, frente a un máximo del 4%.
Pero el banco ha señalado que una mayor relajación dependerá de la confirmación de los datos, y algunos analistas afirman que las cifras de marzo envían mensajes contradictorios.
Los economistas ven el camino de los recortes, pero no sin riesgos
El economista jefe para Europa de Goldman Sachs, Sven Jari Stehn, afirmó que la inflación subyacente va camino de alcanzar el objetivo del 2% fijado por el BCE para finales de año. "La política monetaria sigue pareciendo algo restrictiva, con el tipo de depósito en el 2,5%", afirmó. Según Stehn, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, presentó un impacto económico de los aranceles más conservador de lo que sugieren los estudios de Goldman Sachs.
"La zona euro se enfrenta a importantes riesgos a la baja por los aranceles de EE.UU., y el golpe al crecimiento de un arancel general del 25% podría alcanzar el 1,4% del PIB". El economista de Bank of America, Rubén Segura-Cayuela, mantiene la cautela, pero ve una tendencia a la baja de la inflación.
"No hemos visto nada en los datos mensuales ni en el mercado laboral que desafíe nuestra opinión", dijo, manteniendo una previsión de tipos de depósito terminales del 1,5% para septiembre. "Los riesgos de una pausa en abril han aumentado. La comunicación será ruidosa a partir de aquí".
El jefe de investigación macroeconómica de ABN Amro, Bill Diviney, añadió que, si bien el recorte de tipos de marzo se preveía en gran medida, el de abril es menos seguro. "El consejo de Gobierno ha indicado que los tipos se acercan a un nivel neutral. Dado el apoyo fiscal y las posibles perturbaciones comerciales, junio parece más óptimo para el próximo movimiento".
Según el banco neerlandés, el BCE necesita más tiempo para evaluar el impacto de la política fiscal, los riesgos comerciales y la inflación de los servicios, que se mantiene por encima del objetivo. "Nuestra hipótesis de base es que el BCE mantenga en abril y reanude los recortes en junio", dijo Diviney.
Olli Rehn, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, dijo el martes que "si los datos pueden verificar la hipótesis de base, la reacción correcta en política monetaria debería ser recortar en abril".
En resumidas cuentas, la decisión del BCE del 17 de abril dista mucho de ser sencilla y probablemente dependerá no sólo de la trayectoria de la inflación, sino también de los riesgos externos vinculados a los inminentes anuncios de aranceles y sus posibles repercusiones económicas.