La guerra de Ucrania ha dejado claro que hay que replantearse el suministro, el consumo y la producción de energía. Deben aplicarse soluciones estructurales y sostenibles.
La crisis energética sigue acechando a las economías, las empresas y los consumidores europeos. Roma es una de las ciudades que no puede ocultar el hecho de que el aumento del coste de la vida está afectando a los italianos de toda condición.
Mientras que los elevados precios de la energía en Europa han impulsado una tasa de inflación anual del 8,5% en la zona euro, en Italia, el coste de la vida aumentó aún más, un 10,9%.
Estas punitivas subidas de precios no sólo perjudican a los consumidores. También afectan a las empresas que consumen mucha energía.
El director deneral del Grupo Francia Latticini, Massimo Panagia, cuenta a Euronews que sus facturas de energía en 2022 fueron tres veces superiores a las del año anterior. Aunque las inversiones en biogás y es solares consiguieron reducir en parte estos costes, siguen pesando mucho en empresas como la suya.
"En cifras reales supone entre 1,3 o 1,4 millones de euros de sobrecoste, que era imprevisible. Como resultado, el coste de nuestros productos se ha visto afectado significativamente", relata Panagia.
Un apoyo a la economía en un contexto de guerra
Para apoyar la economía de la UE tras la invasión rusa de Ucrania, la Comisión Europea adoptó el Marco Temporal de Crisis para Ayudas Estatales en marzo de 2022.
Permite a los Estados :
- Conceder cantidades limitadas de ayuda a las empresas afectadas por la guerra o las sanciones
- Ofrecer ayuda de liquidez a las empresas
- Compensar los elevados precios de la energía experimentados por las empresas
En Italia, Bruselas ha aprobado ayudas estatales por valor de más de 50.000 millones de euros, incluidos créditos fiscales.
"Dada la factura energética, cada empresa podía calcular el 30% de esta cantidad, y utilizar este 30% como crédito para compensar en los meses siguientes con el impuesto a pagar al gobierno. Desgraciadamente, este mecanismo no funcionaba tan bien en el flujo de tesorería a corto plazo", explica Panagia.
Este sentimiento lo comparte Mauro Savoia, gerente de un taller familiar de reparación de automóviles en Roma. Tras ver cómo se duplicaban sus facturas de energía en un año, también se benefició de una desgravación fiscal, pero afirma que debería hacerse más para ayudar a las pequeñas empresas.
"No había ningún tipo de ayuda financiera. Esperábamos al menos algún tipo de ayuda económica o subvenciones para ayudar a las empresas a finales de año", cuenta Savoia.
Replantearse el suministro, consumo y producción de energía
En el contexto de la guerra en Ucrania, algunos sugieren que el Marco Temporal de Crisis para intentar hacer frente a esta crisis energética provocará una distorsión del mercado. Hablamos con Simone Tagliapietra, experto en energía del grupo de reflexión Bruegel de Bruselas, para saber más sobre el tema.
"En tiempos de crisis, una de las respuestas típicas de Europa es relajar un poco las normas sobre ayudas estatales. ¿Cuál es el problema? El problema es que cuando se relajan y suavizan las políticas de competencia en Europa", explica Tagliapietra a Euronews.
¿Cómo podemos asegurarnos de que las empresas reciban realmente la ayuda que necesitan?
"Hubo una mezcla de intervenciones: la desgravación fiscal fue una de ellas, pero también hubo una reducción del IVA. Así que, por supuesto, las empresas han visto cómo sus facturas energéticas se multiplicaban por tres o incluso por cuatro en un momento dado. Pero hay que tener en cuenta que, sin la intervención del Gobierno, las facturas de la energía habrían aumentado mucho más que eso".
Algo que hemos visto durante esta crisis es que el mercado de la electricidad es muy vulnerable a las crisis de precios, y ahora la UE ha lanzado una consulta para intentar reformar este mercado eléctrico. ¿Qué opina al respecto?
"El problema de nuestra crisis energética es un desajuste entre la demanda y la oferta de gas natural, concretamente tras el armamento ruso. La única forma de que Europa salga de esta crisis en los próximos meses de forma sostenible es arreglar este desajuste. Lo que se hace bajando la demanda y maximizando la oferta, alternativas. Lo que significa construir unidades flotantes de almacenamiento y gasificación, como está haciendo Alemania, firmar nuevos acuerdos de gas con proveedores de GNL, promover la energía solar para deshacernos del gas en la producción de electricidad, promover el despliegue de bombas de calor en nuestras casas para deshacernos de la caldera de gas. Estas son las únicas soluciones estructurales a la crisis energética en Europa".