Más de 60.000 personas han acudido a la Basílica de San Pedro para despedir al Papa Francisco. La cola comenzó de nuevo a las 6 de la mañana del jueves, y siguen llegando miles. La periodista de Euronews Maria Michela D'Alessandro se unió a ellos.
A mediodía del jueves, más de 60.000 personas habían pasado ya por la basílica de San Pedro para despedir al Papa Francisco, cuando la visita pública entraba en su segundo día. La basílica había permanecido abierta ininterrumpidamente desde el miércoles por la mañana hasta las 5.30 horas del jueves. Apenas media hora después, a las 6 de la mañana, se reanudaron las colas y la multitud comenzó a congregarse de nuevo en el fresco amanecer romano, con la esperanza de presentar sus últimos respetos al difunto pontífice.
Entre los primeros en llegar estaban Maria Luisa y Stefania, madre e hija de Sicilia. Stefania vive ahora en Roma, y su madre había venido a la capital para el bautizo de su nieta este sábado.
Pero cuando conocieron la noticia de la muerte del Papa Francisco, sus planes cambiaron al instante. "Ni siquiera nos lo pensamos dos veces", dijeron. "Sabíamos que teníamos que intentar verle por última vez". Ya habían estado allí antes: cuando murió el Papa Juan Pablo II, se unieron a un grupo de peregrinos de Sicilia. Entonces tardaron 16 horas en ver su cuerpo.
Cerca de ellos, Anthony, un canadiense de luna de miel, hacía cola tranquilamente con su esposa. Nacido en una familia católica de inmigrantes italianos que se trasladaron a Canadá en los años 50, Anthony no dudó al enterarse de la noticia. "Sólo estamos en Roma de miércoles a viernes. Pero sabíamos que era algo que no podíamos perdernos", declaró a Euronews.
Para Anastasio, un monje trapense de Hong Kong que ahora estudia en Roma, el momento era profundamente espiritual. "En primer lugar, quiero agradecerle todos los servicios pastorales que ha prestado a la Iglesia en los últimos 12 años. Estoy seguro de que ha hecho un trabajo maravilloso para el pueblo de Dios. Y espero que la dirección que ha dado a la Iglesia continúe", dijo Anastasio.
A las 8:15 de la mañana, una hora y 45 minutos después de que comenzara la nueva cola, los que esperaban habían llegado a los controles de seguridad bajo la icónica columnata de la Plaza de San Pedro.
A los periodistas no se les permitió entrar con cámaras, pero sí con teléfonos móviles. Mientras la cola avanzaba, los trabajadores ya estaban colocando hileras de sillas en la plaza, preparándose para el funeral del sábado a las 10 de la mañana.
Cruzar la Puerta Santa para ver el cuerpo del Papa Francisco
Cruzar la Puerta Santa en este contexto parecía un paso sagrado para muchos. La mayoría permaneció en silencio. Los que hablaban susurraban reflexiones sobre el Papa Francisco, o especulaban en voz baja sobre quién podría sucederle. En el interior, la multitud avanzaba lentamente. Cada persona se detuvo unos instantes ante el cuerpo del Papa, que yacía en reposo, y luego salió en silencio por un pasillo lateral.
Adora y Erma, dos filipinas que ahora trabajan en Roma, se despertaron a las 4 de la mañana para estar entre las primeras de la fila. "Hoy trabajamos y estamos cansadas", dijeron, "pero estamos contentas y tristes al mismo tiempo".
El padre Joseph describió el momento con emoción. "Llegué a Roma en 2015, y desde entonces, el Papa Francisco es el único Papa que he conocido", dijo a 'Euronews'. "Obviamente, el Papa Benedicto ya estaba retirado. Él acompañó mi formación. Cuando me enteré de su muerte, fue impactante: nadie se lo esperaba. Ver su cuerpo fue surrealista. Parecía tan diferente. Pero estoy agradecido por haber venido".
A medida que avanza el día, siguen llegando miles de personas. La cola no muestra signos de reducirse. Y dentro de la Basílica, el silencio dice mucho del amor, el respeto y la profunda impresión que el Papa Francisco ha dejado en los fieles católicos.